viernes, 23 de marzo de 2007

N E B U L O S A

Ayer trataba de encontrar miles de respuestas, de todo aquello que inundaba mi cabeza. A mi mente venia el nombre de un libro que leí cuando tenia casi doce años, Un barullo en mi cabeza, que me traía un sin fin de recuerdos, como cuando mi abuelita me lo regalo después de que mi prima muriera, y me dijo que ese libro perteneció a ella, mí prima. Recuerdo la primera vez que lo leí, que lo platiqué, extrañamente no recuerdo ahora bien lo que sucedía en él, pero se que tiene tanto que ver con lo que siento ahora.

Había sido una semana difícil, de verdad pesada. No quería que amaneciera porque sabia que tendría que levantarme otra vez, y emprender un nuevo viaje casi desde cero, tener que probar de nuevo un alimento, probar de nuevo quien era, viajar con un centenar de extraños, de los cuales solo sabia que al igual que yo, tenían un destino, todos diferentes. A veces me pregunto como es que podemos pasar desapercibidos en este mundo, si lo único que compartimos es un pedazo de tiempo, un instante, un parpadeo. Creo que podríamos regalar al menos una sonrisa; no quiero decir que tengamos que compartir con todos, pero si tratar de hacerlo con algunos, saber que por un momento tenemos un compañero, viajero como nosotros, con ganas de cada día aprender algo distinto. Pero sin duda, sabia que por mas repuestas que planteara, ninguna era lo que buscaba.

Una y otra vez daba vueltas en mi cama, como si al hacerlo, congelara la madrugada, paralizara la luna que estaba encima de mi, y así nunca tendría que levantarme. Una de tantas mañanas, me di cuenta de que nunca lo lograría por mas que lo intentara, pero aunque suene extraño y tal vez tonto, lo seguía haciendo. Últimamente he aprendido a no rendirme, a levantarme contra los que me reprimen, a defenderme de quien me lastima, a luchar por mis sueños por mas lejanos que parezcan. Pero… ¿que pasa cuando, una noche de pronto todo se derrumba? No lo se, el pánico me inunda.

Creo que así empezó todo este remolino de preguntas sin respuestas: Una noche. Tal vez por eso quisiera detener el tiempo ahí, por eso mi insistencia de pedirle a la Tierra que deje de girar unos minutos, y no permita que el Sol aparezca en el horizonte. Para que pueda ponerle fin a este remolino, como si la noche fuera la principal responsable de mi enredo.

Ya no encuentro las respuestas, solo quiero que esta larga semana termine. Solo me queda pensar que mañana habrá miles de preguntas más, todas sin respuesta. Lo único que puedo seguir haciendo es buscarlas, nunca rendirme. Tal vez algún día encuentre una que me haga feliz, y me permita compartir una sonrisa.
Reportando desde el espacio: Misil Azul

2 comentarios:

pequeño espiral perdido dentro de ti!! dijo...

esta muy padre lo que escribe señor misil azul !!
ojala lo siga asiendo y k todo le salga padre!!
jijiji!!
lo amoo!!

pequeño espiral perdido dentro de ti!! dijo...

algundia cree encontrar lo que lo aga realmente feliz?