miércoles, 28 de marzo de 2007

¡Que día tan extraño! Siempre me levanto con la idea de reinventarme cada día, de conocerme de nuevo. Se que suena raro, pero trato de hacerlo, redescubrirme y redescubrir a los demás. Antes no solía hacer esto: escribir. Pero como me lo han dicho algunas de las personas importantes que conocí últimamente, cuando escribes una vez, no puedes dejar de hacerlo nunca, se convierte en tu necesidad. Eso fue lo que descubrí un día como estos.

Simplemente me senté frente a la computadora, tome una hoja en blanco, un lápiz; acomode mis pensamientos y todo fluyó. Como si dentro de mi hubieran cientos de historias queriendo ser contadas. Y ahora lo sé, me di cuenta de que era algo que me hacia falta, algo que no había descubierto.

Pero encontré algo más, que no soy el único, que dentro de cada uno de nosotros existen historias ansiosas por salir y ser escuchadas. Por eso a través de estas líneas quiero pedirte, que les des la oportunidad a ellas de salir, y que tú les des vida; pero también danos la oportunidad a nosotros de escucharlas, y de conocerte.

Es por eso que siempre antes de dormir, observo el universo y deseo que el próximo día sea como este, en el que pueda contar más de mis historias, tan solo pido otro día extraño.
Desde la estacion lunar no. 4 Misil azul

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